Alfredo Churión - @mundodeldisco
Yo creía que la evolución (o ¿involución?) de la música había llegado solo hasta el aspecto digital con el asunto de las descargas, pero no. Me acabo de enterar de algo nuevo que está apareciendo gracias a algo que medio mundo aplaude y el otro medio mundo teme. Me refiero a la inteligencia artificial.
Pero antes, un poco de historia para crear un contexto. A fines de la década de los 50 hasta bien entrados los 70 existieron una serie de pequeñas empresas dedicadas exclusivamente a la grabación y distribución de lo que llamaban “soundalikes”, que podría traducirse como “suena como”. Eran grabaciones de los hits del hit parade norteamericano mayormente imitadas en forma casi exacta. De hecho, los cuatro primeros LPs editados por el recordado Eduardo Morell de su programa El Tragadiez de los Éxitos constaban exclusivamente de ese tipo de material. Posteriormente, la cosa se fue expandiendo y dirigiendo más directamente a los repertorios de artistas consagrados. Recuerdo especialmente un cassette llamado “Los éxitos de Julio Iglesias cantados por Pepe Capillas”.
Pues bien, recientemente, un grupo de personas comienza a hacer, por medio de la IA, grabaciones que suenan como hechas por Drake, Kanye West, The Weeknd, Lana del Rey, Rihanna, Katy Perry y Ariana Grande, incluyendo versiones y nuevos temas. Pero la cosa pica y se extiende. Por medio de la inteligencia artificial, se están reinterpretando y reimaginando trabajos nada menos que de Los Beatles, lo que seguramente redundará en un número bestial de descargas y en la consiguiente remuneración para quienes perpetran estas acciones.
Ya comenzaba a temer que algo de esto podría suceder cuando escuché a uno de los tantos imitadores profesionales de Elvis cantando nada menos que… escúchenlo y sufran: https://youtu.be/tz9cFfw2lH0.
Ahora solo falta que la editora que compró todo el legado de Frank Zappa comience a editar alguno de sus temas con el agregado...feat: Bad Bunny. Y no se extrañen, ya Eddie Palmieri dijo que grabaría con él. Manda fuego, Señor!
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